Una vergüenza histórica
El primer hito es que Municipal Limache sufrió la peor goleada de toda su historia, luego de caer por 8 a 0 frente a Los Burros, regalando el segundo tiempo y dando demasiadas licencias. El pobre "Pato" Espinoza -arquero suplente, que ingresó por el expulsado Mora- debió enfrentar nueve veces solo a los delanteros y le hicieron cinco goles, además de un sexto mediante un penal cometido por un compañero. El único antecedente respecto a este tipo de goleadas fue una derrota por 8 a 3 -también de local- frente a Deportes Copiapó, cuando el club recién comenzaba su irregular devenir en el fútbol de Tercera División. Lo malo es que -hasta el 2 a 0 y la torpe expulsión de Mora- el equipo incluso jugaba mejor que Instituto. Como dato anexo, el técnico Eduardo Apablaza aseguró que en su dilatada carrera como entrenador, jamás fue goleado de esa forma.
Segundo hito... pese que ante Cabildo estuvo a punto, esta tarde por primera vez Municipal Limache no pudo terminar su partido, al quedar con sólo seis jugadores en cancha. La razón, cuatro expulsados absolutamente ajustados a reglamento, que incluso pudieron ser más. El primero fue un error garrafal del arquero Mora, que lesionó a Donoso siendo último hombre, mientras que el resto se debió básicamente al descontrol de los albirrojos al verse apabullados futbolísticamente por Instituto. De hecho, la mayoría fue por doble amonestación, con amarillas por reclamos y una roja directa por agresión. Peor aún, de la banca nadie les gritó que se calmaran y tampoco cambiaron a Gerardo Pérez, que llegó a correr 60 metros para ponerle un planchazo al arquero visitante y luego al stopper izquierdo de Instituto.
El tercer hito fue algo que -en mis 15 años trabajando en medios de comunicación- jamás había visto. Ni en Tercera División, ni en el fútbol Anfa o Anfur. Sólo en un partido del campeonato universitario, cuando estudiaba para ser Periodista. En una actitud vergonzosa, que merece todo el repudio de la hinchada y tras un intercambio de palabras con el técnico Eduardo Apablaza, el "limachino" Ronald Valdés inexplicablemente abandonó corriendo del campo de juego y botó su camiseta justo frente a nuestro puesto de transmisión, dejando a "El Muni" -en ese momento- irresponsablemente con sólo siete jugadores.
Aunque no hay excusa válida posible, la duda que quedó era si el ex Wanderers se fue acalambrado, si se molestó con el DT o simplemente se retiró corriendo porque ya estaba atrasado para llegar a su matrimonio, "excelentemente" planificado justo para el mismo día del debut en los playoffs y con sólo minutos de diferencia. El hecho reviste ordinariez y la mayor gravedad, ofende a la institución que le ha cobijado -y perdonado varias faltas- durante los últimos años y ya es un hecho que a primera hora del lunes, en plena luna de miel del volante, la directiva se reunirá para aplicarle las penas del infierno. Algo que no hizo semanas atrás, a petición de muchos de nosotros, cuando agarró a patadas y destrozó un panel del camarín local.
Y el cuarto hito corrió por cuenta no de un hincha... más bien, de un "flaite", que al finalizar el partido no encontró nada mejor que apedrear el bus de Instituto, quebrándole dos costosos ventanales, en circunstancias que los únicos responsables de la derrota fueron los propios jugadores de "El Muni". Según testigos, el sujeto vestía de verde y blanco, usaba bermudas y una vez consumado su ataque, huyó cobardemente hacia la pista de motos del estadio. Como nunca sucede y justo en el partido más trascendental del año, esta vez no hubo resguardo policial en el estadio y una pareja de carabineros de la Tenencia de la vecina comuna de Olmué llegó a verificar la situación casi una hora más tarde, cuando todos se habían ido. Ojalá que Tercera División no sancione al recinto, aunque aplicando el criterio de la directiva nacional en su sanción a Deportes Ovalle, este tipo de hechos valen apenas 120 mil pesos, que obviamente deberá pagar la institución y no el flaite causante del perjuicio.
El peor chiste de toda la historia es que, una vez finalizado el partido, varios de los jugadores y parte del Cuerpo Técnico estaban invitados a la fiesta de matrimonio del "arrancado" Ronald Valdés. Sinceramente, espero que no hayan ido, porque después de esta noche, nada hay para celebrar. Y si fueron, ojalá que la hayan pasado mal, porque si disfrutaron, bailaron, celebraron y gozaron en esa fiesta luego del horrible 8-0 y estos cuatro vergonzosos hitos históricos para Municipal Limache... entonces definitivamente no tienen sangre.